Transición energética de Panamá, con la mira puesta en cumplir una serie de metas ambiciosas para los años 2030 y 2050. Esta transición requiere una inversión masiva de al menos 9 mil millones de dólares, con una significativa participación tanto del sector público como del privado. En este artículo, exploraremos los detalles de este cambio energético y su impacto en el futuro del país.
Transición energética de Panamá, hacia la energía del mañana:
La secretaria Nacional de Energía, Rosilena Lindo Riggs, ha presentado una visión clara en el Foro de Energía de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede), destacando la importancia de esta transición energética. Uno de los pilares fundamentales de este cambio es el aumento en la participación de energías limpias, como la solar, eólica e hidráulica, en la matriz energética del país. Además, se busca la sustitución progresiva de los combustibles fósiles en el transporte terrestre, marítimo y aéreo, así como la promoción de nuevas fuentes como el hidrógeno verde.
Inversiones y empleo:
Para alcanzar estas metas, se estima que se necesitará una inversión de 9 mil millones de dólares, con aproximadamente la mitad proveniente del sector privado. Esta inversión no solo impulsará el desarrollo tecnológico y económico del país, sino que también se espera que genere alrededor de 140 mil nuevos empleos. Además, se prevé un ahorro sustancial en subsidios para el año 2050, gracias a la transición hacia fuentes renovables limpias.
Proyectos y oportunidades:
La reciente licitación para el suministro de 400 megavatios (MW) exclusivos para empresas que generen energía renovable representa un paso significativo en esta dirección. Se espera que esta iniciativa no solo impulse nuevos proyectos energéticos, sino que también genere miles de empleos en el sector. Además, se destaca que es la primera licitación de energía a largo plazo en casi una década, lo que subraya el compromiso renovado con la transición energética.
Desafíos y hoja de ruta:
Sin embargo, para que esta transición sea exitosa, es necesario abordar una serie de desafíos, tanto tecnológicos como regulatorios. Se ha establecido una hoja de ruta con metas semestrales, que incluye 242 líneas de acción que deben ser ejecutadas por instituciones gubernamentales y empresas privadas en un tiempo específico. Aunque el avance de ejecución de esta agenda se sitúa en un 40%, aún queda trabajo por hacer para alcanzar las metas establecidas para el 2030.
Avances y perspectivas futuras:
A pesar de los desafíos, Panamá ha logrado avances significativos en su camino hacia la sostenibilidad energética. En 2023, la energía solar representó por primera vez el 13% de la matriz energética del país, marcando un hito importante en esta transición. Con un enfoque renovado en la promoción de energías limpias y la inversión en proyectos sostenibles, Panamá está bien encaminada hacia un futuro energético más verde y próspero.
Conclusión: La transición energética de Panamá representa un paso crucial hacia un futuro más sostenible y próspero. Con una inversión significativa y un compromiso renovado con las energías renovables, el país está preparado para enfrentar los desafíos del cambio climático y aprovechar las oportunidades económicas que ofrece una economía más verde. Sin duda, esta ambiciosa empresa sentará las bases para un Panamá más resiliente y vibrante en las décadas venideras.
Fuente: Martes Financiero
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